SED PERSONAS QUE UNÁIS
“Esa fue la actitud del Padre ante las maledicencias: perdonó desde el primer momento, habló en defensa de la verdad y sólo calló cuando lo exigía la caridad, porque no se podía contestar a una agresión personal con otra.
El silencio es divino –explicaba- porque nos hace ver hasta que punto hay que pasar por encima del yo para amar única y exclusivamente la voluntad de Dios”
Dios y audacia. Mi juventud junto a San Josemaría, pag 168. Julian Herranz. Ed Rialp 2011
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