¿RENCORES?
“Escribe de modo positivo, sin humillar –me aconsejaba el Padre- evitando la polémica”.
Yo lo intentaba, aunque en ocasiones me rebelaba interiormente ante una incomprensión que duraba demasiados años. El Padre me insistía que por muchas ofensas que hicieran, nunca había justificación para tratar mal a nadie, “ni les debemos guardar rencor: eso no sería cristiano”.
Dios y audacia. Mi juventud junto a San Josemaría, pag 168. Julian Herranz. Ed Rialp 2011
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